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Las consecuencias de no pagar a Hacienda o a la Seguridad Social

Por 12 diciembre, 2016febrero 23rd, 2017Noticias

El carácter público de estos organismos conducen a extremar las precauciones.

Uno de los primeros impulsos de algunas empresas para afrontar los momentos de dificultad económica es el de adoptar una postura laxa para con sus obligaciones con Hacienda o con la Seguridad Social.

Esto puede significar empezar a cavar la propia tumba de la empresa, pues estamos hablando de dos organismos que gozan de un sinfín de medios con los cuales hacer frente a quienes contraigan deudas con ellos.

El concurso de acreedores, parapeto del administrador

Si una empresa se encuentra con la terrible situación de ser insolvente, su obligación es presentarse en el Juzgado de lo Mercantil y solicitar el concurso de acreedores en un periodo no superior a los dos meses desde que se declare la insolvencia, a pesar de la comprensible voluntad del empresario por agotar todas las vías posibles para revertir la situación

La práctica nos demuestra que el afán del empresario para que su empresa remonte el vuelo suele desembocar en que el concurso se presente una vez superado el periodo de dos meses.

Los tribunales, conscientes de ello, han relajado la aplicación de estos plazos, siempre y cuando la demora no agudice los efectos adversos de dicha insolvencia.

Expedientes de derivación de deudas a los administradores.

Tanto la Agencia Tributaria como la Tesorería General de la Seguridad Social son ajenas a la comprensible permisividad con los plazos anteriormente citada, e iniciarán sus expedientes administrativos de derivación de deudas a los administradores si el periodo para presentar el concurso se ha consumido antes de ser presentado este.

Ello se traduce en que la responsabilidad de las deudas sociales recaen sobre los administradores, y en que estos expedientes quedan fuera del radio de acción de la suspensión de las reclamaciones judiciales derivadas de la formalización del concurso de acreedores

Por tanto, hay que ser rigurosamente escrupulosos con las obligaciones fiscales y de cuotas a la SS si no queremos que nuestro patrimonio personal se vea comprometido.