El propio Estatuto de los Trabajadores reconoce al trabajador la facultad de demandar la extinción de su contrato de trabajo, además de recibir una compensación económica, si subyace una causa justa, y dentro de ellas se encuentran los incumplimientos graves del empresario, tales como el impago o el retraso continuado en el pago de los salarios.

Para que esto ocurra, esta práctica ha de repetirse de manera reiterada. Sin embargo, existen excepciones que merecen un pormenorizado e individual estudio si se pretende determinar la gravedad del perjuicio sufrido por el trabajador. Además, en determinadas ocasiones la situación eventual que atraviese la empresa abre la puerta a posibles vías de actuación que presenten un escenario legal diferente.

Por ello, Sánchez Garrido Abogados le recomienda acudir a su despacho para recibir un asesoramiento adecuado si se le plantea esta vicisitud.